miércoles, 16 de noviembre de 2016

MOOC Convivencia

He elegido el caso nº 3 en el que dos adolescentes de 4º de ESO que están saliendo juntos tienen una conversación online con la webcam, la conversación de "anima" y ambos se quitan la ropa y realizan actividades de tipo sexual. El chico lo graba y queda en su ordenador, que comparte con su hermano. Éste último llega con un amigo a ver videos y casualmente ven el que el chico había grabado. Se ríen, pero se van. El amigo, que ha terminado una relación con la hermana de la chica grabada en malos términos, vuelve cuando no hay nadie y se hace con el video. En su casa lo edita con comentarios desagradables e insultos y lo comparte en las redes sociales para herir a su ex-novia. Cuando reflexiona, lo retira pero ya es demasiado tarde.
La pareja del video averigua todo y lo comunica a la dirección. El Jefe de estudios, en ausencia de la directora, activa el procedimiento en casos de acoso como estos. Una compañera de la chica agraviada le comenta todo a su madre que trabaja en una comisaría, y ésta lo denuncia, por lo que detienen al autor de la difusión del video, que tiene 18 años, y lo acusan del delito correspondiente.

Cuestiones
1ª. La relevancia de la privacidad en redes sociales es absoluta, si bien el uso que de ellas se hace debe ser un uso responsable y consciente. En el caso de los adolescentes, sus actuaciones son impulsivas y no calibran las posibles consecuencias de sus actos. A mi modo de ver, la universalidad y la amplias posibilidades de uso de recursos hacen imposible una verdadera privacidad: todo está en la red.
2ª. El acoso hacia los dos adolescentes parte de una reacción irresponsable de despecho y venganza  de un solo individuo, si bien después de difundir el video, este acoso se extiende y multiplica entre amigos cercanos, compañeros de instituto y toda la comunidad de adolescentes.
3º. A mi modo de ver, aunque es correcto iniciar el procedimiento arbitrado en estos casos, comunicar el caso a la policía al haber un mayor  de edad implicado, también debiera ser responsabilidad de la dirección del centro.
4ª. En el caso de la pareja de 15 años, podrían tener secuelas psicológicas de importancia. En caso parecidos los alumnos no sólo han tenido que ser cambiados de centro, también se han mudado a otros vecindarios o incluso ciudades. El chico de 18 años se enfrenta aun delito con una pena, lo que puede marcarlo de por vida. En todos los casos, la fortaleza o debilidad psicológica de los implicados puede hacer que esto desemboque en intentos de suicidio, agresividad y otras posibles reacciones.
5ª. Cualquier centro puede promover charlas informativas con casos prácticos que sean impartidas por policías, ex-acosados y ex-acosadores para concienciar a todos los componentes de la comunidad educativa y de la sociedad en general.